Gerardo Cuerva, presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), defendió el pasado 11 de junio en Pamplona el papel que desempeñan las Pymes en la economía española y pidió a las distintas Administraciones Públicas que las tengan en cuenta, «las mimen y no les den la espalda» (como ocurre generalmente).

Lamentó la entrada en vigor de leyes «para las que no se ha contado con nosotros», citando el registro horario (el fichar de tiempos pretéritos).

Pidió una rebaja fiscal y la eliminación del impuesto que grava el patrimonio empresarial (inédito en otras Autonomías) así como agilizar la Administración y una menor producción legislativa, verdadero maremágnum para el pequeño empresario. Apuntó, en definitiva, un menor espacio intervencionista que sólo contribuye a restringir la productividad.

Señalar, como referencia potencial que el 94% de las actividades empresariales tienen menos de 10 empleados su plantilla y el 5% cuentan entre 10 y 49 asalariados.

El 60% de las micropymes son personas físicas o individuales; el empresario trabaja solo (autónomo).